Erase una vez unos niños pequeños que jugaban en la calle, yo los contemplaba desde mi ventana, gritos, risas, un sinfín de sonidos múltiples que me vienen del recuerdo de aquellas tardes de la niñez cuando yo solo era un niño y quería pensar que aún faltaba mucho para ser mayor…
Hacía los deberes del colegio, y después si nos tocaba música, salía a jugar con mis compañeros a la calle, que por otro lado nunca parecían tener obligaciones… Recuerdo, como las tardes que tenía música salía por la puerta y mis amigos me preguntaban: ¿Dónde vas?, Quédate aquí , no vayas, ¿Pero eso de la música vale «pa» algo?, en esos momentos pensaba, «Me gusta la música», pero ellos se quedan aquí jugando y yo tengo que ir a seguir «esforzándome». Supongo que para jugar no tenia que prepararme de ninguna manera especial, pero para ir a Música tenía que repasar diariamente las lecciones de Solfeo y tocar el instrumento un poco cada día, con lo cual para un niño aún sin demasiado conocimiento suponía un esfuerzo extra. Como niño quería lo inmediato y lo inmediato en ese momento era jugar, mis padres siempre repetían, «primero el Colegio y después la Música».
En la Escuela de Música todos teníamos la misma edad y compartíamos las mismas cosas, además formábamos parte de una actividad colectiva donde todos éramos importantes, actuábamos y salíamos por otros pueblos de nuestra Región llevando alegría y diversión a todos, aquellas primeras responsabilidades como estudiar tus partituras, las actuaciones, el respeto entre compañeros, la tolerancia, el compañerismo, alguna trastada que otra, todo esto y más aún nos lo dio la Música, y en especial la Banda de Música de nuestro pueblo, día a día, ensayo a ensayo, actuación tras actuación.
La idea que quiero transmitir es que lo más cómodo no es lo mejor, si me hubiera dejado llevar por mi impaciencia de «niño» no habría disfrutado y aprendido de tantas y tantas experiencias que me dio la Música a lo largo de los años, con esto quiero animar a los padres y a los niños y jóvenes que están en la Agrupación, para que cuando estén un poco desanimados, sigan adelante porque el tiempo les dará su premio. La Música da al que la estudia y le dedica un tiempo algo que no te da ninguna otra enseñanza, solamente hay que tener paciencia y dejarse llevar.
De todo esto me he dado cuenta después de estar en la Agrupación, cuando he tenido tiempo de reflexionar y pensar en esa parte de mi vida que dediqué a la Música y a la Banda, y que tan buenos ratos me hizo pasar.
GRACIAS.
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